Religión y creencias
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Si bien el cine y la cultura popular hicieron que los exorcismos se relacionaran a menudo con la iconografía católica, un exorcismo puede ser en realidad cualquier batalla contra el mal, que puede presentarse en la forma de demonio, impureza espiritual o simple tentación. De hecho, los exorcismos tienen una historia muy anterior al cristianismo, según explica una nota de National Geographic sobre este tema. Los primeros exorcismos registrados ocurrieron en Mesopotamia, durante el primer milenio a.C.. En esa época sacerdotes-magos llamados ašipu ahuyentaban y expulsaban a los demonios considerados responsables de traer la enfermedad y el caos. Los ašipu eran protectores y sanadores espirituales que utilizaban amuletos, realizaban elaborados rituales y, cuando era necesario, involucraban en sus esfuerzos a figuras demoníacas ayudantes. En la época griego-romana también hay registros de exorcismos. El historiador Josefo, del siglo I d.C., relató la historia de Eleazar, un hombre que liberó a otros de un demonio sacándoselo de las fosas nasales e invocando repetidamente el nombre del rey Salomón. La propia palabra griega daimon -de la que deriva el moderno “demonio”- se refería a espíritus divinos y fuerzas sobrenaturales que podían ser buenos o fuerzas malévolas que había que expulsar o exorcizar. La llegada del cristianismo: Con el crecimiento del cristianismo durante los tres primeros siglos después de Cristo, los exorcismos se convirtieron en un medio para unir a los fieles cristianos y reivindicar sus creencias ante la persecución religiosa. “Como resultado, la renuncia al paganismo como mal se convirtió en un requisito para el bautismo en la fe cristiana. Caer de nuevo bajo la influencia de una creencia pagana era, por tanto, similar a la posesión. En este contexto, el exorcismo era un mecanismo voluntario utilizado para fortalecer tanto la fe cristiana como la comunidad cristiana”, escribe National Geographic. Asimismo, en el siglo IV d.C., los conversos y los aspirantes a cristianos se sometían a exorcismos matutinos diarios antes del bautismo. El día del bautismo, un obispo les expulsaba las influencias malignas mediante un proceso llamado exsuflación. Fuera del bautismo, los sacerdotes practicaban el exorcismo imponiendo las manos a los poseídos y ordenando a los espíritus malignos que abandonaran sus cuerpos. A finales de la Antigüedad y principios de la Edad Media, los cristianos también podían exorcizarse a sí mismos, invocando a un santo como intercesor, acudiendo a un santuario y pidiendo ayuda a una entidad sagrada para acercarse a Dios y alejarse del mal, explica la revista. Los exorcismos en la Edad Media: En la Edad Media, alrededor del siglo XIII, el exorcismo cambió de naturaleza. En esta época, ante el avance de numerosas sectas heréticas, el exorcismo se convirtió en un mecanismo por el que los cristianos podían liberarse de las creencias “falsas” y demostrar la propia dedicación a la fe. También empezó a formalizarse el propósito del exorcismo, gracias a la obra de teólogos como Santo Tomás de Aquino (1225-1274 d.C.) y a la publicación del primer libro sobre exorcismo en torno al año 1.400. Unas décadas más tarde, durante la crisis de la iglesia católica que siguió la Reforma protestante, la Iglesia católica sancionó el primer rito oficial de exorcismo. En 1614 se instituyó el Rituale Romanum, que permaneció prácticamente inalterado durante la primera mitad del siglo XX. Incluía De Exorcismis et Supplicationibus Quibusdam, o De los exorcismos y ciertas súplicas y, tras las reformas emprendidas por el Concilio Vaticano II (1962-1965), fue la última parte del Rituale Romanum en ser revisada. La versión actualizada se publicó en 1999. La estructura y las fórmulas de las versiones de 1614 y 1999 de De Exorcismis et Supplicationibus Quibusdam son muy similares, aunque esta última refuerza la conexión entre bautismo y exorcismo. Como resultado, subraya National Geographic, los exorcismos contemporáneos no sólo siguen reflejando a sus antiguos predecesores, sino que, en muchos sentidos, han cerrado el círculo.3 VOTOSFuente: Infobae.
Si algo han puesto en evidencia estos rituales es que existe el mal. No una noción humana del concepto, sino una energía que influencia de manera paranormal a las personas y otros seres vivos.2 VOTOSMordred7516Hace 11 meses2
Hay energías o "entes" que pueden enfermar a las personas incluso. O los llamados "poltergeist". Pero esto último es otro tema. Lo que es interesante sobre la epilepsia que era una "posesión" bien vista -llamada el mal de Hércules- en épocas clásicas, hasta que se estigmatizó con el cristianismo creyendo que un demonio poseía a la persona afectada.1 VOTO