Pese a que la fórmula podría resultar repetitiva, la saga Yakuza tiene algo que no me cansa, quizás sea su notable argumento o simplemente lo divertido que resulta soltar mamporros con Kiryuu.
Esta vez con un inicio algo más lento(parte del orfanato), aunque necesario para la presentación de nuevos personajes y encariñarnos un poco con ellos... Aunque a medida que avanzas va enganchando más y más hasta el gran final del Juegazo.
Igual que ya hizo el anterior, la jugabilidad va mejorando poco a poco a cada entrega.