¿OVNIs infiltrados en nuestra sociedad?

Llevamos décadas esperando a que lleguen los extraterrestres, pero quizá no debamos mirar hacia arriba, sino hacia abajo. Un nuevo estudio publicado por la Universidad de Harvard, en el que admiten cierto grado de especulación, examina la posibilidad de que los Fenómenos Anómalos No Identificados (UAP, por sus siglas en inglés) sean actividades de inteligencias no humanas (NHI) que ya existen en la Tierra, en lugar de ser de origen extraterrestre o tecnología humana avanzada. Este enfoque forma parte de un conjunto de teorías llamadas hipótesis "ultraterrestres".

A esto lo llaman la hipótesis criptoterrestre (CHT). La CTH sugiere que los UAP podrían reflejar actividades de NHI ocultas en la Tierra o sus alrededores, como bajo tierra o incluso entre nosotros, disfrazados de humanos. Esta hipótesis es una de las varias teorías ultraterrestres que incluyen la posibilidad de seres interdimensionales o viajeros en el tiempo.

Los autores señalan que la naturaleza extraña de muchos UAP ha obligado a los observadores a considerar estas teorías ultraterrestres. Por ejemplo, se discuten otras hipótesis como la de los seres interdimensionales, que sugiere que los UAP podrían ser seres de dimensiones que coexisten con nuestras cuatro dimensiones de espacio-tiempo, o la hipótesis de los "extratempestriales", que plantea la posibilidad de que los ocupantes de los UAP viajen a través del tiempo.

Más que certezas, el artículo plantea nuestros límites del conocimiento histórico y geológico, sugiriendo que podrían haber existido civilizaciones avanzadas cuyas huellas no hemos descubierto. Asimismo, tampoco somos capaces de identificar ciertos descubrimientos arqueológicos que podrían indicar la existencia de civilizaciones avanzadas que se han perdido con el tiempo.

Estos serían los casos de Derinkuyu, en Turquía, una de las ciudades subterráneas más famosas. Derinkuyu es un complejo que se extiende varios niveles bajo tierra y podía albergar a miles de personas. Construida inicialmente en tiempos prehistóricos y utilizada por varias civilizaciones, incluyendo los hititas y los bizantinos, no sabemos exactamente cómo se construyó. 



 Otro caso popular es el de Monte Shasta, en California, famoso por las leyendas de una civilización subterránea conocida como los lemurianos. Estos relatos comenzaron a principios del siglo XX y sugieren que antes de que Lemuria se hundiera en el océano, algunos de sus habitantes se trasladaron al interior de la montaña.

Por último se estudia el caso de Popocatépetl, en México. Este volcán es conocido como un "punto caliente" para avistamientos de UAP. Se han documentado numerosos informes de objetos entrando y saliendo del volcán, lo que sugiere la posibilidad de una base militar subterránea o actividad subterránea relacionada con los UAP.

El estudio también sugiere que algunas estructuras subterráneas podrían ser el resultado de civilizaciones avanzadas que desarrollaron tecnologías para vivir ocultas del mundo en la superficie. Esto incluiría la construcción de complejos subterráneos y el desarrollo de tecnologías que permiten el movimiento y la comunicación a través de medios como el aire, el agua y el subsuelo. 

¿Qué dicen los científicos?

Aunque la hipótesis criptoterrestre puede ser vista con escepticismo por la mayoría de los científicos, no debe ser descartada sin más. En cambio, se argumenta que esta hipótesis merece una consideración genuina y una investigación científica abierta y humilde. El estudio de los UAP, dado su misterio empírico extraordinario, debería incluir la consideración de estas hipótesis no convencionales para avanzar en nuestra comprensión de este fenómeno importante y, hasta ahora, subestimado.

Esencialmente, el discurso en torno a los UAP está dominado por dos clases principales de explicación: un origen terrestre convencional (por ejemplo, tecnología humana) o un origen extraterrestre (es decir, civilizaciones avanzadas provenientes de otros lugares). Sin embargo, la extraña naturaleza de muchos UAP ha obligado a los observadores cercanos al tema a considerar un conjunto de teorías no convencionales conocidas colectivamente como la hipótesis "ultraterrestre". Esto denota una amplia categoría de conjeturas centradas en la posibilidad de que los UAP puedan involucrar formas de inteligencia no humana (NHI) que ya están presentes en el entorno de la Tierra de alguna manera, que Puthoff (2022) describe como "culturas terrestres ocultas... que existen junto a nosotros en sigilo distinto". 

 Una es una hipótesis "interdimensional", que fue el foco de una investigación anterior; esto sugiere que los UAP pueden involucrar seres de dimensiones que coexisten junto a las cuatro dimensiones del espacio-tiempo que usualmente percibimos, y/o que los ocupantes de los UAP son "extratempestriales", viajando a través de la cuarta dimensión para visitar diferentes períodos de la historia de la Tierra, lo que puede implicar a nuestros descendientes que regresan para estudiar su propio pasado evolutivo homínido (Masters, 2019, 2022).

Al escribir ese artículo, sin embargo, el autor se dio cuenta cada vez más de la profundidad de la evidencia y la teoría que también apoya tentativamente otra explicación ultraterrestre: la hipótesis "criptoterrestre" (CTH), que sostiene que los UAP pueden reflejar actividades de NHI ocultas aquí en la Tierra (por ejemplo, subterráneas) y sus alrededores.

En resumen, esta nueva investigación tan solo intenta ampliar la discusión científica sobre los UAP considerando explicaciones menos tradicionales que involucran inteligencias no humanas ocultas en la Tierra, sugiriendo un enfoque más abierto y exploratorio para entender estos fenómenos misteriosos. ​​ 

Fuente: El Confidencial.