Fotografía. ¿Tienes hambre?

El hambre es traicionera, y muchas veces terminamos viendo comida donde no existe. Un ejemplo muy claro de esta maldición que aqueja a los humanos son las siguientes imágenes con animales y objetos que parecen comida. Te abrirán el apetito, pero también te divertirán.



¿Un delicioso vaso de cerveza? ¡Para nada! Se trata de enjuague bucal.




Este registro metálico parece la casa ideal para una esponja.




Parece tentador darles un apretón y ver si están maduros, ¿verdad? En realidad, son un par de tortugas (¡Ahhh!)




Cualquier niño que pase por este lugar debe sentirse intimidado por este árbol con forma de brócoli gigante.




Parece un buen café con leche para empezar la mañana, pero es algo mucho mejor






Dice MAYO, es blanco y viene en un empaque ideal para los aderezos, pero, en realidad se trata de un producto para el cabello.




Una bolsa de elásticos que parece pasta lista para cocinar.




¿Unas chuletas de mamut? Eso ya no existe viejo, se trata de láminas de un tronco.




Resina epoxi que parece helado de vainilla y chocolate.




Parece un trozo de frambuesa; sin embargo, estás viendo un insecto.




Aparentemente, alguien no se resistió y terminó hincándole el diente a este material para la construcción.




Estas estructuras de nieve parecen refrescantes y deliciosos helados.




Parece un bolillo mal hecho o hasta una papa cortada, pero, estás viendo una roca.




Varios paquetes de cuerda roja que parecen carne picada empaquetada.




Estos hongos asemejan una deliciosa montaña de hot cakes.




Estas extrañas rocas parecen el complemento ideal para una tarde de películas. No son palomitas de maíz.




Parece harina de trigo, pero es algo más adorable.




Unas rocas translucidas que parecen habas de caramelo.




Un baguette peludo recién salido del horno…




¿Quién tiro este pollo asado?




Una extraña roca que parece una rebanada de pastel de queso con mermelada.




¿Un rollo de sushi?




El vaso está lleno con pintura diluida, no es zumo de naranja.




Imagínate que intentas tomar unos exquisitos plátanos directo de la rama. ¡Estás muerto!