Por qué los hombres dejaron de usar faldas, tacones, pelucas y de maquillarse ?

[color=red][b]En la corte de Luis XIV había pocas cosas tan importantes como lucir tacones rojos[/b][/color]


Cincinato abandona el arado para dictar leyes a Roma, de Juan Antonio Ribera (1806)

[b]Los tacones fueron un símbolo de estatus para los hombres antes de que los llevaran las mujeres[/b]. Lo explica la historiadora Maude Bass-Krueger en un artículo publicado en Google Arts & Culture en el que repasa la historia de este accesorio y que se ha leído y compartido estos días. Además, no es la única prenda que llevaban hombres y que ahora se considera propia de la moda femenina: [b]a lo largo de la historia, también han llevado faldas y maquillaje. ¿Por qué dejaron de hacerlo?[/b]


En su texto, Bass-Krueger recuerda que los primeros en llevar tacones fueron los jinetes persas en el siglo X, para mantener las botas en los estribos con más facilidad. En el siglo XVII, la moda de los tacones llegó a los aristócratas europeos, donde se convirtió en [b]símbolo de virilidad y poder militar[/b]. La autora se detiene en Luis XIV: “Durante su reinado, [b][color=red]cuanto más altos y más rojos eran los tacones, más poderoso era quien los llevaba”[/color][/b]. [b]El rey solo permitía los tacones de este color a las personas más cercanas.[/b]

[url=https://artsandculture.google.com/story/iQJCgMgwSKV5Kw]Historia del tacón[/url]

[b]En el siglo XVIII los tacones llegan al calzado femenino[/b] y acaban rebasando en altura al masculino. [b]Con la Revolución Francesa desaparece el tacón para hombres, ya que se asociaba a la aristocracia[/b]. Pero no del todo, como aún se aprecia en algunos modelos de botas.

Federico Antelo Granero, profesor de Historia de la Indumentaria en el Centro Superior de Diseño IED Madrid, recuerda a Verne que [b]hombres y mujeres hemos compartido a lo largo de la historia muchas de las prendas y complementos que hoy consideramos mayoritariamente femeninos[/b]: [b]“Desde el antiguo Egipto hay pelucas, maquillaje, faldas, túnicas…” [/b]  [b][color=#FF00BF][url=https://verne.elpais.com/verne/2014/11/18/articulo/1416293525_000025.html]También ha pasado con colores: el rosa no siempre fue un tono femenino y el azul no siempre se identificó con lo masculino.[/url][/color][/b]


Luis XIV con tacones rojos en un retrato de Hyacinthe Rigaud (1701)

[b]Túnicas, togas y faldas[/b]

Las faldas llevan años apareciendo en los desfiles de moda masculina. “Pero no solo en la pasarela -apunta a Verne Elvira González, del Museo del Traje de Madrid-, depende de la tradición, cultura y costumbres de cada lugar”.

[b]También eran habituales en otras épocas: egipcios, griegos, romanos y aztecas llevaban túnicas, togas y faldas, al ser fáciles de fabricar y de llevar. Los pantalones se usaban sobre todo para montar a caballo.[/b]


[b]Las faldas cortas entre los soldados del apogeo del Imperio Romano, señaló una exhibición en el Met llamada "Braveheart: Men In Skirts", se consideraron una prueba de virilidad y permitieron la rapidez en el combate.[/b]
"Bravehearts: Hombres con faldas" 
[b][Size=27]"Las faldas usadas en la antigua Grecia y Roma proyectaban los ideales de juventud y virilidad, una forma de hipermasculinidad que también es proyectada por la falda escocesa."[/size][/b] [url]https://www.metmuseum.org/press/exhibitions/2003/bravehearts-men-in-skirts[/url]

A partir del [b]siglo XIV[/b] ya empieza a haber “una diferencia en la confección de prendas para uno u otro sexo”, como escribe Giorgio Riello en Breve historia de la moda. La mayor diversificación también lleva a que la moda se convierta [b]“en un instrumento de rivalidad social” dentro de “una sociedad fuertemente jerarquizada”.[/b]

Aun así, [b]los hombres aún no se pasan exclusivamente al pantalón[/b], como muestra el hecho de que en [b][u]1701 el zar Pedro I aprobara una ley que obligaba a todos los hombres rusos a llevar pantalones, con la excepción de granjeros y clérigos.[/u][/b]

[url=https://www.thecut.com/2014/08/pants-o-pedia-a-history-of-trousers.html]Grandes momentos en los pantalones[/url]






Fragmento de 'La familia de Felipe V', de Jean Ranc (1723)




En el Reino Unido, donde vivo, ha surgido recientemente un [b]debate sobre los códigos de vestimenta de los estudiantes[/b], ya que pronto se instituirán [b]uniformes neutrales al género en al menos una escuela[/b]. Aunque [b]el problema real tiene que ver con que los estudiantes se sientan libres para expresar su identidad de género y es bastante complejo[/b], la narrativa de los medios es un poco más simplificada: [b][color=blue]¿se debería permitir que los niños usen faldas , al igual que las mujeres ahora pueden usar pantalones?[/color][/b]












 

[b]El gran cambio que llevó definitivamente a los pantalones a la corriente principal de los hombres europeos[/b], según el Victoria & Albert Museum, se produjo en los siglos XIV y XV y se basó en algo práctico: [b][size=27]la sastrería[/size][/b]. La evolución, señala el museo, se debió a la tecnología:




Sin embargo, [b]la demarcación entre pantalones para hombres y faldas para mujeres no se estableció por completo en piedra hasta alrededor del siglo XIX.[/b] Durante mucho tiempo, [b]la túnica o falda corta fue una pieza clave del atuendo masculino en la Europa medieval y renacentista[/b]; salir con manguera no se consideraba aceptable. E incluso cuando la capa superpuesta de la túnica pasaba de moda, [b]los pantalones mismos se hinchaban a proporciones parecidas a las de una falda entre los que estaban de moda[/b]; Los nobles de los siglos XVI y XVII en Inglaterra y en otros lugares, por ejemplo, [b]a veces se esperaba que usaran medias, tal vez una bragueta, y pantalones gigantes hinchados hasta el cielo[/b] .

Incluso en el siglo XIX, [b]cuando los calzones pintados, amados por dandies como Beau Brumme[/b], agitaban los corazones de las damas [/b](porque revelaban todo lo relacionado con las piernas y las nalgas de un caballero),[/b] las prendas con faldas seguían siendo aceptables en muchos contextos de la sociedad europea. Académicos, monjes y hombres de ocio usaban vestidos, todos los cuales todavía se usan en la actualidad.

 

Uno de los hechos más intrigantes sobre las formas en que [b]las faldas se han vuelto gradualmente menos aceptables para los hombres es cómo se ha aplicado este pensamiento a los niños pequeños[/b]. Hoy en día, además de los vestidos de bautizo, los niños pequeños suelen vestirse con [b]pantalones[/b] desde que nacen; [b]pero es una invención intensamente moderna[/b]. Hasta el siglo XIX, [b]los niños europeos iban vestidos con faldas independientemente de su género, hasta que alcanzaban una edad considerada razonablemente "adulta".[/b] Las familias prominentes ocasionalmente vestían a los niños de ambos sexos con vestidos increíblemente elaborados que replicaban la moda adulta para los retratos.

Sin embargo, en el [b]siglo XIX[/b], se puso de moda [b]la práctica de "calzoncillos", en la que a los niños pequeños, en algún lugar entre las edades de 4 y 7, se les dio su primer par de pantalones (calzones) para demostrar que habían pasado de la infancia. . Parte de esto se debió a nuevas ideas sobre la infancia y el cerebro de los niños, pero también se debió a cambios de perspectiva sobre lo que hacía a un "hombre", lo que llevó a que las faldas fueran cada vez menos aceptables para los niños varones pequeños.[/b]






[url=https://www.bustle.com/p/the-history-of-men-skirts-58088]Fuente[/url]



Durante los [b]siglos XVII y XVIII y, sobre todo, durante el Rococó francés, la indumentaria es especialmente vistosa y decorada[/b]. Para ambos sexos, pero sobre todo para las clases acomodadas. El escritor británico Tobias Smollet, citado por Riello, escribía que en París, [b]un inglés que quisiera parecer respetable tenía que sufrir una “metamorfosis total”, [size=27]y lucir grandes pelucas y trajes de seda con bordados[/size][/b], en lugar de las prendas de lana y franela que se llevaban en Inglaterra.

Y no menciona [b]el maquillaje: igual que la falda[/b], [b]recientemente se han comercializado líneas de maquillaje para hombres, pero a lo largo de la historia encontramos ejemplos de su uso por parte de hombres y mujeres[/b]. 
[b]Por ejemplo, en el antiguo Egipto se usaba el kohl en ojos y párpados, además de maquillaje de ocre rojo para labios y mejillas; en el siglo I d.C. los hombres romanos también se aplicaban pigmento rojo a las mejillas, y en la Francia de los siglos XVII y XVIII se puso de moda no solo el maquillaje, sino también los lunares postizos. Luis XIII ya había popularizado las pelucas, tras quedarse calvo en la veintena (bien jugado, Luis). Además, cubrían la tiña, los piojos y la suciedad. Se empezaron a empolvar en el siglo siguiente, el XVIII.[/b]






[b]Hoy, el mundo finalmente está regresando y creciendo para aceptar diferentes expresiones de género[/b] . Esperamos que la tendencia continúe, pero la sociedad no puede avanzar sin mirar atrás. Siga leyendo para conocer las tendencias de maquillaje para hombres de todas las edades.





[b]La masculinidad era importante en la cultura del antiguo Egipto, y el maquillaje realmente jugó un papel en eso. Ya en el 4000 a. C., los hombres usaban pigmento negro para crear elaborados diseños de ojos de gato[/b] . Unos milenios más tarde, el  delineador de ojos kohl , la sombra de ojos de malaquita verde y los tintes de labios y mejillas hechos de ocre rojo también fueron populares. El propósito no era lo que es hoy, lucir más atractivo: se creía que la sombra de ojos verde evocaba a  los dioses Horus y Ra y, por lo tanto, evitaba enfermedades dañinas. El delineador de ojos dramático se usaba habitualmente para comunicar riqueza y estatus.






Avance rápido hasta el siglo I d.C., [b]cuando se sabía que los hombres romanos aplicaban pigmento rojo en las mejillas, aclaraban su piel con polvos y se pintaban las uñas con un elixir de grasa y sangre de cerdo que revuelve el estómago[/b]. (Te hace sentir agradecido por los esmaltes de uñas sin cinco de hoy.) [b]Los hombres romanos también se pintaban la cabeza para camuflar las calvas, aunque no estamos seguros de qué tan bien habría funcionado.[/b]







Durante el gobierno de la reina Isabel I, [b]el maquillaje era tremendamente popular entre los hombres, que valoraban la piel empolvada de color blanco fantasma.[/b] Esto también sucedió cuando el maquillaje facial era peligrosamente apelmazado y estaba  hecho con plomo , lo que a menudo causaba graves problemas de salud, que incluían, entre otros, la muerte prematura.





No es ningún secreto que [b]el rey Luis XVI participó en la extravagancia del maquillaje y los productos para el cabello[/b]. (Louis se quedó calvo a la edad de 23 años y posteriormente obligó a la aristocracia de Francia a obsesionarse con las pelucas). [b]Los hombres de la corte real también pintaban marcas de belleza, que combinaban muy bien con sus tacones altos y manguitos de piel.[/b]





Transcurrió un largo período de tiempo antes de que se volviera a hablar de la [b]vanidad masculina. (Gracias, Reina Victoria I[/b].) Pero [b]con la llegada del cine moderno en los Estados Unidos, el cabello y el maquillaje para hombres resurgieron. La pulida apariencia de Clark Gable fue quizás el primer ejemplo de belleza "metrosexual".[/b]





A finales del [b]siglo XX, el maquillaje para hombres no era una tendencia generalizada[/b]. En cambio, [b]estaba reservado para los marginales: artistas y rockeros como Boy George, David Bowie y Prince[/b]. Por esta época, sin embargo, muchos de los maquilladores masculinos más legendarios comenzaron a trabajar en el campo. El difunto Way Bandy comenzó su trabajo en 1967, seguido por Kevyn Aucoin en 1982, y una plétora de maquilladores masculinos siguieron su ejemplo. Uno de esos artistas fue Scott Barnes , cuyos pinceles han adornado a todos los grandes nombres de Hollywood.Cuando se le preguntó si había visto un cambio en los hombres detrás de escena en el maquillaje, Barnes nos respondió con una revelación que subvierte el género: "Siempre ha habido hombres como maquilladores. En realidad, ahora mismo, hay más maquilladoras femeninas que nunca. antes de."





A medida que las figuras de la cultura pop estadounidense comenzaron a abrazar las subculturas pasadas a principios y mediados de la década de 2000, nos presentaron el concepto de "guyliner". (Piense en Pete Wentz, arriba, Jared Leto y Adam Lambert). Este look fue más popular entre las bandas de pop-punk y sus seguidores.

El concepto de "metrosexualidad" también volvió a entrar en la conciencia cultural en este momento, y las marcas de belleza comenzaron a lanzar "maquillaje para hombres" dirigido. Considere a Yves Saint Laurent, que lanzó la versión "masculina" de su Touche Éclat  ($ 35) en 2008.





Aunque el maquillaje para hombres no es el estándar, las redes sociales han permitido que los gurús de la belleza masculinos compartan su expresión artística a gran escala, ayudando a romper estereotipos centenarios. Las principales empresas de belleza como Covergirl y Maybelline se dieron cuenta y anunciaron los primeros rostros masculinos de sus marcas.





"El maquillaje ha evolucionado a través de los años", nos dice Barnes, quien actualmente trabaja principalmente con J.Lo. "Antes solo se usaba para el escenario y la pantalla, y ahora los hombres están usando bronceadores y [b]varias formas de cosméticos para aclarar imperfecciones, etc. Han encontrado una manera de usar el maquillaje de manera muy simple y orgánica, para crear looks cotidianos para ellos mismos sin cualquier estigma detrás de él ".[/b]






[url=https://www.byrdie.com/history-makeup-gender]Historia del maquillaje masculino[/url]


Durante el Rococó también se llevó el rosa, como se puede ver en estos retratos de Luis XVI. No era una excepción: [b]el rosa se asociaba al rojo, el color de la sangre y del vigor, mientras que el azul se veía más delicado y amable[/b]. Como ya hemos contado en Verne, [b][color=#FF00BF]hasta la Primera Guerra Mundial el color más habitual para los bebés era el blanco, no los tonos pastel de rosa y azul. Y después y hasta mediados de siglo, el más habitual para los niños era precisamente el rosa.[/color][/b]


Luis XVI (de rosa), dando instrucciones al capitán La Perouse, de Nicolas André Monsiau (1785)



Por supuesto, esto no quiere decir que [b]las sociedades en las que los hombres llevaban falda o tacones fueran más igualitarias[/b]. “Para nada”, subraya Antelo, que vuelve al ejemplo del Rococó: [b]“La indumentaria masculina siempre ha subrayado su papel social[/b], mientras que a la mujer se la ha limitado incluso a través de la vestimenta”. En el caso de esta época, Antelo [b]compara los enormes vestidos y corsés que dificultaban la movilidad de las mujeres a “una cárcel”.[/b]

Es más, [size=27][b]el uso de encajes, sedas, calzado con tacón, maquillaje y demás por parte de los hombres no suponía la adopción de un rasgo femenino, sino la voluntad de manifestar su estatus. Todas estas prendas estaban asociadas a la masculinidad y al poder. Y es que, como apunta Antelo, la moda refleja la sociedad[/size][/b]. Por eso no es de extrañar que, tras el exceso del Rococó y con la Revolución Francesa, se sustituyera el satén por el algodón y se redujera el uso de corsés, entre otros cambios, “con cierta intención de generar igualdad y de borrar las fronteras de clases”.




Caricatura de George Bryan Brummell (1805)






[b]La moda masculina contemporánea hace décadas que va más allá del traje de tres piezas[/b]. Hay más variedad de prendas, accesorios y colores. [b]Pero no parece fácil que volvamos a llevar falda[/b], por mucho que aparezcan de vez en cuando en las pasarelas y, como el verano pasado, en algunas protestas, tanto de trabajadores de transporte franceses como de estudiantes británicos.



El cambio en sentido inverso sí es más habitual: [b]las mujeres no han tenido inconveniente en adoptar prendas masculinas, como en el caso del pantalón.[/b] “Se ha asociado al hombre con el poder en todos los ámbitos -dice Antelo-, por lo que cuando una mujer adoptaba estas prendas se entendía como un mensaje de empoderamiento positivo”. En cambio, [b][size=27]“si un hombre adoptase ciertos colores o materiales que aún se asocian a lo frágil, a lo que necesita protección, muchos lo seguirían interpretando como un mensaje de debilidad”.[/size][/b]

Al respecto, Antelo recuerda los [b]intentos de introducir el maquillaje para hombres:[/b] “Recuerdo una línea de maquillaje masculino que se promocionaba hace unos años diciendo que no se notaba. [b]Pero, claro, ¿para qué debería un hombre maquillarse y que no se le note?”[/b]. Ha habido [b]excepciones, claro, como David Bowie. Pero no todos somos David Bowie.[/b]

[url=https://verne.elpais.com/verne/2018/01/25/articulo/1516881949_162680.html]Fuente[/url]